sábado, 7 de julio de 2012

One Step Closer..

El amor es algo muy complejo y casi indefinible, porque se puede ver desde tantos puntos de vista diferentes, que yo siempre digo que en el amor, todo es posible, todo tiene cabida.

No voy a escribir un artículo romántico ni excesivamente cargado de emotividad, porque lo que me interesa es ver el amor desde una perspectiva diferente, una perspectiva que nos ayude a superar un desamor, una ruptura, un momento de soledad o de carencia afectiva.

EL AMOR. Es curioso, porque es el único suspenso eterno en mi vida. No hay exámen de reválida. Siempre me tumba.

Pero quiero hablar de las teorías del amor que saqué de uno de mis tantos sonados cateos. Una de ellas es la Teoría triangular del amor de Stenberg. Este psicólogo decía que el amor está compuesto por 3 diferentes componentes:

• Intimidad

• Pasión

• Compromiso

Según se combinen estos elementos obtendremos diferentes tipos de relación.

Por ejemplo, cuando sólo existe intimidad, a este tipo de amor le llamamos cariño.

Si sólo predomina la pasión, se llama encaprichamiento.

Y si lo que predomina es el compromiso, es un amor vacío.

Cuando se combinan dos o los tres elementos, aparecen otros tipos de amor:

Intimidad + Pasión = Amor romántico

Intimidad + Compromiso = Amor sociable

Pasión + Compromiso = Amor fatuo

Y cuando aparecen los 3 elementos:

Intimidad + Compromiso + Pasión, aparece el amor consumado.

Según estos siete tipos de amor, podríamos clasificar cualquier tipo de relación. Pero esto no significa que la relación se mantenga siempre igual. Por ejemplo, imaginemos una relación ideal de amor consumado. Con el paso de los años, la pasión muere, y se convierte en una relación de amor sociable.

Ahora bien, aunque la teoría es muy interesante, no explica por qué nos sentimos tan desolados cuando experimentados una ruptura sentimental, tampoco explica cómo tras varias rupturas sentimentales nos armamos de mecanismos de defensa que a la vez que impiden que nos vuelvan a hacer daño, también impiden que volvamos a ser felices con alguien.

¿Por qué nos recreamos en experiencias pasadas y personas que no nos quisieron lo suficiente? ¿Somos los seres humanos masoquistas por naturaleza? ¿Nos gusta autocompadecernos? ¿Buscamos siempre el mismo prototipo de persona y por eso fracasamos cuando intentamos empezar con alguien diferente? ¿Quién no ha experimentado ese subidón que se siente cuando nos atrae otra persona? Ese querer, pero no saber; ese podría ser él/ella. Esta experiencia se vive cuando aún no nos hemos familiarizado con la otra persona, cuando no la conocemos lo suficiente y el misterio que la rodea hace que fantaseemos acerca de lo queremos que sea.

En muchas ocasiones no nos enamoramos de la persona en sí, sino de la propia fantasía que hemos creado acerca de ella. Y es entonces, cuando al descubrir que no es como creíamos, nos sentimos heridos, engañados. Habíamos comprado el billete hacia la felicidad, y ahora resulta que la compañía no se hace responsable de la pérdida de las maletas ni tenemos seguro de accidente. Y para colmo, sobrevolamos un espacio tormentoso sin un destino claro.

La verdad es que estar enamorado es lo mejor que nos va a pasar en nuestra corta vida!

No hay comentarios:

Publicar un comentario