lunes, 8 de noviembre de 2010



Tengo un órgano vital que siento

te he de entregar, aunque, quede claro,

que no va a resistir la mas ligera pena

que lo seplute o lo someta a esclavo.


Él viene de una amarga historia

donde el temor dejó una zanja abierta

y es en vano aplacar a su memoria,

luce una herida que al recuerdo inquieta.


Si el tuyo es un cariño verdadero

no te reprimas con dañino ahogo dudar,

coge mis latidos, aunque no tengas claro nada.



Tendrás el privilegio todo,

del gran amor libre que en mi camino te daré,

un camino fugaz, de paz... y de inmensa calma.

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